7/31/09

Balance de 150 años de separación Iglesia-Estado en México


Entrevista al historiador Emilio Martínez Albesa


México está cumpliendo en este verano 150 años de las Leyes de Reforma, con las que Benito Juárez fijó la separación entre la Iglesia y el Estado.
El historiador Emilio Martínez Albesa es autor de la obra "La Constitución de 1857. Catolicismo y liberalismo en México" (3 tomos, Porrúa 2007) y profesor de Historia de América en la Universidad Europea de Roma.

--¿Por qué recordar todavía la Reforma de Benito Juárez?
--Dr. Martínez: Porque el México contemporáneo no puede entenderse si no es a partir de la Reforma juarista. A mediados del siglo XIX, separar el Estado y la Iglesia era una exigencia de los tiempos y, en este sentido, el movimiento de Reforma representó un esfuerzo por modernizar el país. Los obispos mexicanos estaban reclamando la independencia entre la Iglesia y el Estado desde la década de 1830 porque "lo temporal nada tiene que ver con lo espiritual, ni lo espiritual con lo temporal" (decía el Obispo de Michoacán Gómez de Portugal en 1835) y "ni el sacerdocio debe tener intervención en las cosas del orden civil, ni la potestad secular en el culto religioso" (diría el Obispo de Guadalajara Pedro Espinosa en 1860). Éstas son frases que también podía haber suscrito el mismo Benito Juárez.
--¿Por qué entonces la oposición entre los obispos y el Presidente Juárez?
--Dr. Martínez: Juárez deseaba una "perfecta independencia entre los negocios del Estado y los puramente eclesiásticos" (Manifiesto del 7 de julio de 1859), fijando para su Reforma un doble objetivo: "la independencia absoluta del poder civil y la libertad religiosa" (Carta a Pedro Santacilia del 12 de julio de 1859). Sin embargo, tomó como criterio de separación la idea de que lo todo lo social era competencia del Estado y que la religión era asunto del interior de cada individuo, con lo cual más que una separación absoluta o neta obtuvo una separación unilateral, separando la Iglesia del Estado pero no el Estado de la Iglesia y procurando aislar a la Iglesia del resto de la sociedad. Ahora bien, la oposición entre los obispos y Juárez tuvo una historia y sus relaciones no permanecieron inalteradas a lo largo de los años de su gobierno. De cualquier forma, la "tradición" mexicana de "estado laico" mencionada por el nuevo Embajador de México ante la Santa Sede --Sr. Ling Altamirano-- en su discurso al Papa del pasado 10 de julio, arranca precisamente de la reforma legislativa de Juárez.
--¿Y esa reforma legislativa fue anticatólica o no?
--Dr. Martínez: La interpretación de la Reforma liberal de Benito Juárez como persecutoria de la Iglesia es correcta pero parcial. Indudablemente fue anticatólica e incluso antirreligiosa y, para demostrarlo, basta considerar la aplicación histórica de sus disposiciones: destrucción de conventos, templos y bienes sacros, prohibición de ingresar a la vida religiosa, de vivir en comunidades religiosas (las cuales fueron disueltas a la fuerza) y de emitir votos religiosos, supresión de los cabildos catedralicios, disolución de las asociaciones de laicos católicos, imposición de limitaciones para expresar en público el propio credo aun en la manera de vestir, control ideológico de la educación por parte del Estado, imposición del matrimonio civil, nacionalización de los bienes eclesiásticos, etc.; además de la ruptura de relaciones diplomáticas con la Santa Sede, de la expulsión de los obispos y hasta de la muerte de algunos sacerdotes a manos de extremistas. No era ciertamente una época en la que dominara la razón. Y sin embargo ésta es una interpretación parcial porque olvida lo fundamental: la Reforma fue un intento de garantizar la libertad religiosa respondiendo a las expectativas de esos tiempos de una mayor civilización de la vida social; un intento de establecer un marco de convivencia, de libertad y de respeto válido para todos, más allá de la confesión religiosa de cada uno, remitiendo al derecho natural del ser humano. Este intento se centró en el fortalecimiento de un Estado supervisor de lo religioso, en la negación de la personalidad jurídica de la Iglesia y en la expulsión de la Iglesia de la sociedad, pretendiendo alcanzar la neutralidad religiosa del Estado mediante un indiferentismo religioso por parte del Gobierno presentado como una exigencia de la igualdad. Sobre estas bases, el intento se desvirtuaría produciendo de hecho limitaciones a la libertad religiosa de los mexicanos porque sus ideólogos no supieron distinguir entre la sociedad y el Estado, ni desprenderse de tópicos de los últimos veinticinco años, ni atender a la situación real de la sociedad; sin embargo, no fue un intento inútil ni dejó de producir algunos frutos buenos.
-- ¿Cuáles fueron por ejemplo esos frutos buenos?
--Dr. Martínez: Creo que no han de buscarse en el área social. A pesar de la voluntad declarada de sus autores de reformar la sociedad según las exigencias del progreso, el cambio social que produjeron las leyes de Reforma no parece que haya ido mucho más allá del empobrecimiento de la Iglesia mexicana, el desposeimiento de las comunidades indígenas, el deterioro del patrimonio artístico nacional, el mayor enriquecimiento de una minoría de personas ya pudientes y la desarticulación de la educación. Ahora bien, estas leyes tuvieron una clara utilidad política, dotando al Gobierno mexicano de una carta que podría jugar siempre que retuviera oportuno exorcizar el peligro de clericalismo, claro que esto a costa de la inseguridad jurídica de la Iglesia..., con lo que la impresión hoy es la de que se trató de matar una mosca con un cañonazo sin medir suficientemente sus consecuencias. Pienso que es sobre todo en el área cultural donde encontramos los mejores frutos de la Reforma: sus leyes testimoniaron que una nueva época había comenzado para México, en la cual el derecho a la libertad religiosa se presentaba como un valor irrenunciable e íntimamente ligado a la libertad de conciencia. Los primeros artículos del decreto del 6 de diciembre de 1860 (la última de las grandes leyes de Reforma) son clara expresión de esto. Pensar en principios universalmente válidos y legislar desde ellos es reconocer la dignidad de la persona humana y tratar de garantizar sus derechos. Así, la Reforma liberal mexicana me hace recordar lo escrito por Juan Pablo II en el capítulo 18 de su libro "Memoria e identidad" (2005) sobre la Ilustración del siglo XVIII, de la cual por cierto es en buena parte heredera: "no sólo dio lugar a las crueldades de la Revolución francesa; tuvo también frutos buenos, como la idea de libertad, igualdad y fraternidad, que son después de todo valores enraizados en el Evangelio" y así "preparó el terreno para comprender mejor los derechos del hombre". En este sentido, la Reforma mexicana puede y debe leerse como un paso adelante en la universalización de los valores humanos animados por el cristianismo, es decir, en el reconocimiento de que determinados valores aprendidos en Occidente del Evangelio son efectivamente válidos para todos los seres humanos sin distinción alguna de credos o ideologías, por emanar de la dignidad de la persona humana y no de privilegios particularistas ni de condiciones históricas ocasionales. Que en las circunstancias del México del siglo XIX la propuesta de libertad de culto ofrecida por los liberales juaristas fuera insuficiente e incluso en alguna medida inconsecuente para la libertad religiosa de la sociedad mexicana de entonces no elimina lo que tiene de conquista.
--¿Pero por qué el Gobierno juarista intentando defender la libertad religiosa le puso en realidad trabas?
--Dr. Martínez: En primer lugar porque la antropología individualista, propia del liberalismo, empujaba a los ideólogos juaristas a desatender la dimensión comunitaria de esos derechos que ellos presentaban como estrictamente individuales y que además querían garantizar de un modo que se abstraía bastante de la realidad histórica. Pero, sobre todo, en segundo lugar, hay que recordar que las leyes de Reforma se expidieron con una intención abiertamente punitiva contra el clero, tal como declararon sus autores, y es muy difícil o imposible que una legislación que pretende castigar por un comportamiento del pasado pueda al mismo tiempo establecer un régimen equilibrado y válido para el futuro correspondiente a las exigencias permanentes de la justicia. En definitiva, faltó el discernimiento del poder político "sobre la contribución de las culturas y de las religiones para la construcción de la comunidad social en el respeto del bien común" al que se ha referido Benedicto XVI en su reciente encíclica (Caritas in veritate, 55).
--Entonces... Benito Juárez, ¿benemérito o desgracia para México?
--Dr. Martínez: La memoria de Benito Juárez suscita la veneración de muchos mexicanos, el respeto de la mayor parte y la denigración de no pocos. Podría señalarle libros que idolatran a Juárez, pintándolo como sobrehumano, y otros libros que lo demonizan, presentándolo como transmisor de todos los males. No obstante, está claro que un hombre no hace un país. Juárez merece ciertamente ser recordado y su memoria, que por tantos años ha servido para aglutinar el sentimiento nacional en torno a ciertos valores cívicos (acatamiento de la ley, secularización de la política, patriotismo republicano), merece ser respetada. Pero esto no quiere decir que la conciencia histórica de la nación pueda edificarse satisfactoriamente a base de homenajes ante las estatuas de Juárez o de otras personalidades del pasado, sacralizando nombres y rostros, sin ahondar libre y racionalmente en los hechos históricos que protagonizaron y en sus consecuencias. Sin entrar a juzgar la bondad o la maldad moral de las intenciones personales de los protagonistas de la historia patria, que escapan a la documentación histórica, las nuevas generaciones necesitan dialogar críticamente con su pasado en función de los retos del presente y no pueden permanecer prisioneras de ideas, proyectos, eslóganes o mitificaciones que tal vez tuvieron justificación o utilidad en el ayer, pero que son cadenas para el hoy y lastres para el mañana. En definitiva, las personalidades históricas merecen el mismo respeto que merece cualquier ser humano fenecido y con herederos que se remiten a su memoria, pero no más. Nadie merece que su recuerdo impida el progreso de la razón, el perfeccionamiento de las condiciones de justicia o la mejora de la convivencia.
--¿Cómo celebrar el actual aniversario de la Reforma mexicana?
--Dr. Martínez: Con madurez, desde el siglo XXI y con visión de futuro. Es decir, analizando desapasionadamente la verdad de lo sucedido hace 150 años, con la conciencia de que la situación actual no es ya la misma y con vistas a valorar más el bien de la libertad religiosa y a mejor garantizarla para las generaciones presentes y venideras. Merece la pena comprometerse con "las causas fundadas en valores universales" a las que se ha referido el Embajador de México ante la Santa Sede el 10 de julio, porque -como él mismo ha dicho- "es necesario volver a levantar las banderas casi olvidadas de la libertad y la justicia con sentido social profundo". La libertad religiosa, acaba de recordar Benedicto XVI a los mexicanos, es "la roca firme donde los derechos humanos se asientan sólidamente" pues "manifiesta de modo particular la dimensión trascendente de la persona humana y la absoluta inviolabilidad de su dignidad" (Discurso del Papa al Embajador de México ante la Santa Sede, 10 de julio de 2009); de manera que negar el "derecho a profesar públicamente la propia religión y a trabajar para que las verdades de la fe inspiren también la vida pública" hace correr "el riesgo de que no se respeten los derechos humanos" "porque se les priva de su fundamento trascendente" (cf. Caritas in veritate, 56). El Estado verdaderamente laico no puede convertirse en un instrumento de evangelización ni tampoco de secularización de la sociedad, sino que debe demostrar su laicidad mediante su empeño en salvaguardar la plena libertad religiosa de los ciudadanos que componen esa sociedad.

7/30/09


Presentado el logo de la Jornada Mundial de la Juventud 2011 Madrid





Representa a los jóvenes unidos por la fe formando una corona mariana





Este jueves se ha hecho público el logo que representará la próxima Jornada Mundial de la Juventud (en adelante, JMJ2011), programada en Madrid del 16 al 21 de agosto de 2011.
Su autor José Gil-Nogués, diseñador gráfico español, ha explicado que el fondo del diseño simboliza a "jóvenes de todo el mundo se unen para celebrar su fe junto al Papa, al pie de la Cruz, y forman la corona de la Virgen de la Almudena, patrona de Madrid".
En la corona, sigue diciendo el creativo, destaca la "m" de María, también inicial de Madrid, lugar del encuentro.
La Cruz, señal del cristiano, preside la cita del Papa con los jóvenes, que hacen visible con su testimonio el tema de la JMJ: "arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe".
El mensaje que del logo, añade, es "una catequesis, una oportunidad de evangelización: el camino rápido y seguro para llegar a Cristo es la Virgen María, Madre de Dios y de los hombres. Los jóvenes tienen, en la fe de María, el ejemplo y el modelo para llegar a Cristo y cumplir la finalidad prioritaria de la JMJ: dar a conocer al mundo su mensaje".
Sobre la forma, el diseñador aclaró que "el símbolo posee un trazo espontáneo y firme, como la juventud del siglo XXI. Es cercano, afable, abierto. Alegre, desenfadado y positivo".
"El uso de una paleta de colores cálidos (rojo, naranja y amarillo) transmite una calidez y un calor inconfundibles, señas de identidad de una ciudad como Madrid, de un país como España. Estos colores son reflejo también de la 'calidez divina', del Amor trinitario", aclara.
El logo ha sido escogido a través de un concurso restringido a diseñadores gráficos profesionales.
José Gil-Nogués (Valencia, 1971), periodista y diseñador, ha recibido numerosos premios y su trabajo ha sido publicado y expuesto en los cinco continentes.
Apoyo de las autoridades nacionales y locales
Monseñor César Franco, obispo auxiliar de Madrid y coordinador general de la preparación de la JMJ, explicó en la rueda de prensa de presentación que "La JMJ Madrid 2011 cuenta con el apoyo completo del gobierno de España, de la Comunidad de Madrid y del Ayuntamiento de la capital, que han ofrecido la colaboración pública para este evento, que atraerá a Madrid y a España a muchos jóvenes de todo el mundo".
Se prevé una participación entre millón y medio y dos millones de personas, entre 18 y 29 años, de casi todos los países del planeta.
Nuevos caminos de comunicación
Santiago de la Cierva, director de comunicación de la JMJ, ha señalado que la base para la organización y la comunicación será la página web y las redes sociales, que son el mejor camino para llegar a los jóvenes.
"Dejad de hacer el mal"


Monseñor Francisco Gil Hellín, arzobispo de Burgos condena el atentado que ha dejado 65 heridos


Ha hecho un dramático llamamiento a los miembros del grupo terrorista ETA a abandonar la violencia, condenando el atentado de este miércoles contra un cuartel de esa ciudad que ha provocado 65 heridos.
"No puedo por menos de manifestar mi dolor por los heridos y cuantiosos daños provocados", reconoce el prelado en un comunicado emitido al recibir la noticia del atentado, que tiene lugar a dos días de que se cumplan 50 años de la fundación de ETA.
"Rechazo asimismo la violencia, intrínsecamente perversa, manifestada en esta acción", destaca monseñor Gil Hellín.
A los autores del atentado les dice: "deponed ese modo tan vil de actuar, convertíos a Dios, dejad de hacer el mal, haced siempre el bien, que para eso nos ha creado el Señor".
La organización terrorista hizo estallar esta madrugada una furgoneta bomba junto a un cuartel de la Guardia Civil en el que dormían 120 personas, entre ellas 41 niños.El prelado se dirige después a "la Guardia Civil y a los que habéis sufrido en vuestra propia carne las consecuencias del atentado" para manifestarles "mi cercanía, mi afecto sincero y también mi disposición a la ayuda que necesitéis y que pueda prestaros". "Pido a Dios, solicitando la solidaridad de todos los creyentes con mi oración, que cambie los corazones de quienes se dedican a hacer el mal, y a todos los diocesanos os pido estar a la altura de vuestra vocación manifestando, con los afectados, una fraternidad efectiva, no dejándonos llevar del pesimismo que pueden conllevar estos acontecimientos".
Entre los 65 heridos, no hay casos particularmente graves. No hubo llamada de advertencia y cuando el vehículo explotó a las 04.00 horas, los guardias civiles y sus familias dormían.

7/29/09

La crisis ecológica debe afrontarse globalmente
El Papa dedica su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz al cuidado de la creación

"Si quieres cultivar la paz, custodia lo creado" es el tema al que está dedicado el próximo mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, que se celebrará el 1 de enero de 2010.
La Oficina de Información de la Santa Sede publicó un comunicado este miércoles para presentar el tema de ese mensaje.
"El tema intenta fomentar una toma de conciencia del estrecho vínculo que existe, en nuestro mundo globalizado e interconectado, entre la salvaguarda de lo creado y el cultivo del bien de la paz", señala el comunicado.
"Esta estrecha e íntima relación es, de hecho, cada vez más discutida, por los numerosos problemas que afectan al medio ambiente natural de la persona, como el uso de los recursos, el cambio climático, la aplicación y el uso de la biotecnología, el crecimiento demográfico", señala el comunicado.
El texto advierte que descuidar esos temas puede provocar violencia no sólo entre los diversos pueblos sino también entre generaciones.
"Si la familia humana no sabe afrontar estos nuevos desafíos con un renovado sentido de la justicia e igualdad social y de la solidaridad internacional, se corre el riesgo de sembrar violencia entre las poblaciones y entre las generaciones presentes y las futuras", advierte.
El mensaje del Papa para la próxima Jornada Mundial de la Paz recogerá las indicaciones de la encíclica "Caritas in veritate" para destacar que la necesidad urgente de proteger el medio ambiente debe constituir "un desafío para la humanidad entera".
En el mensaje, Benedicto XVI apelará al "deber, común y universal, de respetar un bien colectivo, destinado a todos, impidiendo que se pueda hacer impunemente uso de las diversas categorías de seres como se quiera".
El comunicado indica que cuidar la creación "es una responsabilidad que debe madurar sobre la base del carácter global de la actual crisis ecológica y de la consiguiente necesidad de afrontarla globalmente".
Y esto es así porque "todos los seres dependen los unos de los otros en el orden universal establecido por el Creador", añade el texto.
El mensaje del Papa indicará que "si se intenta cultivar el bien de la paz, se debe favorecer, de hecho, una renovada conciencia de la interdependencia que liga a todos los habitantes de la tierra entre sí".
"Esa conciencia combatirá y eliminará diversas causas de desastres ecológicos y garantizará una oportuna capacidad de respuesta cuando esos desastres golpeen poblaciones y territorios", indica el comunicado.
Finalmente, el comunicado destaca que "la cuestión ecológica no debe ser afrontada sólo por la aterradora perspectiva que la degradación ambiental perfila: debe conducir, sobre todo, a una fuerte motivación para cultivar la paz".

7/28/09


Matar a los indignos de vivir





La mentalidad eugenésica no muestra signos de debilidad




La idea de que algunas personas son genéticamente inferiores y es necesario eliminarlas o evitar que se reproduzcan es una mentalidad que todavía persiste, a pesar del horror que despertó tras las atrocidades del régimen nazi.
En una reveladora entrevista publicada el 12 de julio en la New York Times Magazine, se preguntaba a la juez del Tribunal Supremo de Estados Unidos, Ruth Bader Ginsburg, sobre el aborto, entre otros temas.
Refiriéndose a la sentencia del Tribunal Supremo que abrió las puertas al aborto, Roe v. Wade, y las sentencias sobre financiación del aborto, Ginsburg comentaba: "Francamente, en la época en que se decidió sobre Roe, creo que había preocupación por el crecimiento de la población y especialmente por el crecimiento de poblaciones de las que no queríamos que hubiera muchos".
Esta asombrosa declaración no fue ulteriormente profundizado, y no dio explicaciones de qué grupos se englobaban dentro de los "que no queríamos que hubiera muchos".
En un artículo de opinión publicado el 14 de julio en el Los Angeles Times, Jonah Goldberg admitía que el texto podría interpretarse como una mera descripción de la mentalidad que se daba tras las sentencias y, por tanto, no tenemos certeza de que Ginsburg haya asumido estas ideas.
Sin embargo, continuó, es verdaderamente cierto que el impulso a favor del aborto se debió en buena parte al deseo de eliminar a los considerados no aptos. Es bien conocido, afirmaba, que la fundadora del Planned Parenthood, Margaret Sanger, "fue una racista eugenésica de primer orden".
Esterilización forzada
Hace apenas un mes se conmemoraba la triste historia de las esterilizaciones forzadas en Carolina del Norte.
Associated Press informaba el 22 de junio de que se inauguró una placa en memoria de los miles de personas que fueron esterilizadas de 1933 a 1973 porque se las consideraba mentalmente discapacitadas o genéticamente inferiores.
Según el artículo, el programa de Carolina del Norte tenía como objetivo a los pobres y a la población que vivía en las prisiones y en las instituciones del estado, entre otro. Algunas eran simplemente víctimas de violaciones. La Comisión de Eugenesia del estado todavía siguió actuando hasta 1977, después de que los enfermos mentales se pusieran bajo control judicial.
Los programas de esterilización no son sólo una cuestión de interés histórico. El 22 de junio, el periódico Guardian informaba de que en África se está obligando a ser esterilizadas a mujeres portadoras del VIH.
Según parece, se les dice que el procedimiento es un tratamiento rutinario para el sida. La Comunidad Internacional de Mujeres con VIH/Sida está preparando una demanda contra el gobierno de Namibia en nombre de un grupo de mujeres seropositivas de Namibia que han sido esterilizadas contra su voluntad.
El Guardian también informaba de que este grupo afirma que está habiendo esterilizaciones forzadas en la República Democrática del Congo, en Zambia y en Sudáfrica.
La mentalidad eugenésica está muy extendida, aunque se de forma sutil, cuando se trata de discapacitados o de quienes sufren defectos genéticos. Con frecuencia a estas personas simplemente se las elimina antes de que tengan la oportunidad de nacer.
Los tratamientos científicos prometen intensificar las amenazas para estos discapacitados. El 1 de julio el Times de Londres informaba de que investigadores están desarrollando un test genético universal para embriones capaz de detectar casi cualquier enfermedad hereditaria.
Pronto comenzarán los ensayos y el profesor Alan Handyside, de la clínica Bridge de Londres, explicaba al Times que el test será capaz de identificar cualquiera de las 15.000 deficiencias genéticas conocidas. Actualmente sólo se puede conocer el 2% de los defectos genéticos a través de las pruebas a embriones.
Bebés de diseño
El artículo comentaba que esta técnica, conocida como karyomapping, aumentará la controversia sobre los "bebés de diseño". Según parece, el test podría también utilizarse para seleccionar un embrión de un color de ojos determinado, o con genes que afecten a la altura.
No obstante, sería difícil de llevar a la práctica la comprobación de muchos genes que controlan diversas facetas del desarrollo porque serían necesarios cientos de embriones para garantizar el perfil deseado.
Ya es común la práctica de eliminar los embriones o fetos que sufren de síndrome de Down. Dominic Lawson criticaba esta tendencia en un artículo de opinión publicado en el periódico británico Independent, el pasado 25 de noviembre.
Lawson, que tiene un hijo con síndrome de Down, observaba sin embargo algunos signos de cambio. Citaba a Carol Boys, director ejecutivo de la Asociación de Síndrome de Down, que afirmaba que cerca del 40% de las madres que dan positivo en el test de síndrome de Down continúan con su embarazo.
En parte, explicaba Boys, esto tiene que ver con el hecho de que las mujeres tienden a tener hijos a una edad más avanzada. Esto significa que son más conscientes de que es posible de que no puedan tener otros hijos. Además, estas mujeres tienen carreras asentadas que les dan más confianza para enfrentarse a las presiones de los médicos para que aborten.
Según Lawson, los médicos en general tienen "una tendencia visceral a favor de la eugenesia".
"Esto no se basa en una consideración realista y actualizada de las posibilidades abiertas a quienes tienen síndrome de Down, aún menos de la felicidad que pueden y de hecho traen a las familias, e incluso a la comunidad en su conjunto", añadía Lawson.
La causa de tales actitudes se basa en el hecho de que las personas con síndrome de Down van a costar más al sistema de salud, acusaba.
Las nuevas pruebas genéticas también apuntan al síndrome de Down, anunciaba un artículo el 8 de junio en la sección online del American Spectator. Sequenom, una empresa que comercializa productos de análisis genético, ha desarrollado un nuevo test genético para el síndrome de Down.
La prueba, llamada SEQureDX, se supone que es más segura y cuidadosa que cualquier test genético prenatal anterior.
"Aunque las nuevas pruebas sean más seguras tanto para la madre como para el niño, crearán una profunda inseguridad para los bebés que den positivo para anormalidades genéticas", indicaba el artículo.
Al menos otras tres compañías están desarrollando pruebas genéticas parecidas y esperan tenerlas en el mercado antes de fin de año, indicaba el artículo.
Errores fatales
La promesa de pruebas más exactas apunta a un hecho al que no se da relevancia, es decir, que a menudo bebés perfectamente sanos han sido abortados por errores en las pruebas genéticas. Según un artículo del 16 de mayo en el periódico Guardian, la doctora Anne Mackie, directora de programas de pruebas del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido, estimaba que cada año, en Inglaterra, 146 bebés sanos que no tenían ninguna anormalidad se pierden como resultado de pruebas inexactas.
Según Mackie, el 70% de los hospitales de Inglaterra todavía usan pruebas que es muy probable que den "falsos positivos", es decir, determinar un alto riesgo para las mujeres de forma errónea.
Los peligros de la eugenesia
El 21 de febrero, Benedicto XVI hablaba a los participantes a una conferencia convocada por la Pontificia Academia para la vida sobre el tema "Nuevas Fronteras de la Genéticas y Peligros de la Eugenesia".
Cada ser humano, afirmaba el pontífice, "es mucho más que una singular combinación de informaciones genéticas que le transmiten sus padres".
Debemos evitar los riesgos que implica la eugenesia, advertía el Santo Padre. Y observaba que hoy se dan "manifestaciones preocupantes de esta odiosa práctica".
Explicaba que hoy "se tiende a privilegiar las capacidades operativas, la eficiencia, la perfección y la belleza física, en detrimento de otras dimensiones de la existencia que no se consideran dignas".
"El respeto que se debe a todo ser humano, incluso en presencia de un defecto en su desarrollo o de una enfermedad genética, que podrá manifestarse en el transcurso de su vida, y se penaliza desde la concepción a aquellos hijos cuya vida no se considera digna de vivirse", comentaba el Papa.
Benedicto XVI animaba a rechazar cualquier forma de discriminación como un ataque a toda la humanidad. Un llamamiento a la acción que debe despertar las conciencias de todo el mundo.
Por el padre John Flynn
Dios nunca nos abandona

Homilía de Benedicto XVI en Aosta, el 27 de julio


Excelencia, queridos hermanos y hermanas:
Ante todo quisiera decirle "gracias" a usted, excelencia, por sus atentas palabras, con las que me ha introducido en la gran historia de esta iglesia catedral y, de este modo, me ha hecho experimentar que aquí no sólo rezamos en este momento sino que podemos rezar con los siglos en esta hermosa iglesia.
Y gracias a todos vosotros que habéis venido para rezar conmigo y para hacer visible de este modo esta red de oración que nos une a todos, siempre.
En esta breve homilía, quisiera decir unas palabras sobre la oración, con la que se concluyen estas vísperas, pues me parece que en esta oración, el pasaje de la Carta a los Romanos que se acaba de leer, se interpreta y transforma en oración.
La oración se compone de dos partes: a quien está dirigida, por así decir, y después dos peticiones.
Comencemos viendo a quién está dirigida. Esta parte se divide en dos apartados: hay que concretar el "tú" al que nos dirigimos para poder tocar con mayor fuerza al corazón de Dios.
En el texto italiano leemos simplemente: "Padre misericordioso". El texto original latino es algo más amplio; dice "Dios omnipotente, misericordioso". En mi encíclica reciente, he tratado de mostrar la prioridad de Dios en la vida personal, ya sea en la vida de la historia, de la sociedad, del mundo.
Ciertamente la relación con Dios es algo profundamente personal y la persona es un ser en relación, y si la relación fundamental --la relación con Dios-- no es viva, no es vivida, las demás relaciones no pueden encontrar su forma adecuada. Pero esto es válido también para la sociedad para la humanidad como tal. También aquí, si no se tiene en cuenta a Dios, si se prescinde de Dios, si Dios está ausente, entonces falta la brújula para mostrar el conjunto de todas las relaciones para encontrar el camino, la orientación hacia la que se debe ir.
¡Dios! Tenemos que llevar de nuevo a nuestro mundo la realidad de Dios, darle a conocer y hacerle presente. Pero, ¿cómo conocer a Dios? En las visitas "ad limina" hablo siempre con los obispos, sobre todo con africanos, pero también con los de Asia, de América Latina, donde todavía están presentes las religiones tradicionales, precisamente de estas religiones. Hay muchos detalles, naturalmente bastante diversos, pero hay también elementos comunes. Todos saben que Dios existe, un solo Dios, que Dios es una palabra en singular, que los dioses no son Dios, que hay un Dios, el Dios. Pero, al mismo tiempo, este Dios parece ausente, muy alejado, no parece entrar en nuestra vida cotidiana, se esconde, no conocemos su rostro. De este modo, la religión en gran parte se ocupa de las cosas, de los poderes más cercanos, de los espíritus, los antepasados, etc., dado que Dios mismo está demasiado lejos y de este modo tiene que vérselas con estos poderes cercanos. La evangelización consiste precisamente en el hecho de que el Dios lejano se acerca, que Dios ya no está lejos, sino que está cerca, que este "conocido-desconocido" ahora se da a conocer realmente, muestra su rostro, se revela: el velo de su rostro desaparece y muestra realmente su rostro. Y por ello, dado que el mismo Dios ahora es cercano, le conocemos, nos muestra su rostro, entra en nuestro mundo. Ya no es necesario vérselas con estos otros poderes, pues Él es el poder verdadero, es el Omnipotente.
No sé por qué han omitido en el texto italiano la palabra "omnipotente", pero es verdad que nos sentimos casi como amenazados por la omnipotencia: parece que limita nuestra libertad, parece un peso demasiado pesado. Pero tenemos que aprender que la omnipotencia de Dios no es un poder arbitrario, pues Dios es el Bien, es la Verdad, y por este motivo Dios lo puede todo, pero no puede actuar contra el bien, no puede actuar contra la verdad, no puede actuar contra el amor y contra la libertad, porque Él mismo es el bien, es el amor, y la verdadera libertad. Por eso, todo lo que hace no puede estar nunca en contraposición con la verdad, con el amor y la libertad. La verdad es lo contrario. Dios es el custodio de nuestra libertad, del amor, de la verdad. Este ojo que nos ve no es un ojo malo que nos vigila, sino que es la presencia de un amor que no nos abandona nunca y nos da la certeza de que el bien es ser, el bien es vivir: es el ojo del amor que nos da el aire para vivir.
Dios omnipotente y misericordioso. Una oración romana, ligada al resto del Libro de la Sabiduría, dice: "Dios, muestra tu omnipotencia en el perdón y en la misericordia". La cumbre de la potencia de Dios es la misericordia, es el perdón. En nuestro actual concepto mundial de poder, pensamos en uno que tiene grandes propiedades, que en economía tiene algo que decir, dispone de capitales para influir en el mundo del mercado. Pensamos en uno que tiene el poder militar, que puede amenazar. La pregunta de Stalin: "¿Cuántos ejércitos tiene el Papa?" sigue caracterizando la idea común del poder. Tiene el poder quien puede ser peligroso, quien puede amenazar, quien puede destruir, quien tiene en su mano tantos instrumentos del mundo. Pero la Revelación nos dice: "No es así"; el verdadero poder es el poder de gracia, y de misericordia. En la misericordia, Dios demuestra el verdadero poder.
Y de este modo la segunda parte de la imploración dice: "Has redimido al mundo, con la pasión, con el sufrir de tu Hijo". Dios ha sufrido y en el Hijo sufre con nosotros. Y ésta es la cumbre más alta de su poder, que es capaz de sufrir con nosotros. De este modo, demuestra el verdadero poder divino: quería sufrir con nosotros, y por nosotros. En nuestros sufrimientos nunca quedamos solos. Dios, en su Hijo, antes ha sufrido y está cerca de nosotros en nuestros sufrimientos.
Sin embargo, queda en pie la cuestión difícil que ahora no puedo responder ampliamente: ¿por qué era necesario sufrir para salvar al mundo? Era necesario, pues en el mundo existe un océano de mal, de injusticia, de odio, de violencia, y todas las víctimas del odio y de la injusticia tienen el derecho a que se haga justicia. Dios no puede ignorar este grito de los que sufren, de los que son oprimidos por la injusticia. Perdonar no es ignorar, sino transformar, es decir, Dios tiene que entrar en este mundo y oponer al océano de la injusticia un océano más grande del bien y del amor. Y éste es el acontecimiento de la Cruz: desde ese momento, contra el océano del mal, existe un río infinito y por tanto siempre más grande que todas las injusticias del mundo, un río de bondad, de verdad y de amor. De este modo, Dios perdona transformando el mundo y entrando en nuestro mundo para que se dé realmente una fuerza, un río de bien más grande que todo el mal que puede existir.
De este modo, el hecho de dirigirse a Dios se convierte en un llamamiento a nosotros: es decir, Dios nos invita a ponernos de su parte, a salir del océano del mal, del odio, de la violencia, del egoísmo, y a identificarnos, entrar en el río de su amor.
Precisamente éste es el contenido de la primera parte de la oración que sigue: "Haz que tu Iglesia se ofrezca a ti como sacrificio vivo y santo". Esta pregunta, dirigida a Dios, se dirige también a nosotros mismos. Constituye una referencia a dos textos de la Carta a los Romanos: en el primero, san Pablo dice que tenemos que convertirnos en un sacrificio vivo (Cf.12, 16). Nosotros mismos, con todo nuestro ser, tenemos que ser adoración, sacrificio, restituir nuestro mundo a Dios y transformar así el mundo. En el segundo, donde Pablo describe el apostolado como sacerdocio (Cf. 15, 16), la función del sacerdocio consiste en consagrar al mundo para que se convierta en hostia viva, para que el mundo se convierta en liturgia: que la liturgia no se algo al margen de la realidad del mundo, sino que el mundo mismo se convierta en hostia viva, se convierta en liturgia. Es la gran visión que después tuvo también Teilhard de Chardin: al final, tendremos una verdadera liturgia cósmica, en la que el cosmos se convierta en hostia viva. Y pedimos al Señor que nos ayude a ser sacerdotes en este sentido para ayudar en la transformación del mundo, en adoración de Dios, comenzando por nosotros mismos. Que nuestra vida hable de Dios, que nuestra vida sea realmente liturgia, anuncio de Dios, puerta en la que el Dios alejado se convierta en Dios cercano, y realmente don de nosotros mismos a Dios.
Después viene la segunda petición. Pedimos: "Haz que tu pueblo experimente siempre la plenitud de tu amor". En el texto latino se dice: "Sácianos con tu amor". De este modo el texto hace referencia al salmo que hemos cantado, donde se dice: "Abre tu mano y sacia el hambre de todo viviente". Cuánta hambre hay en la tierra, hambre de pan en tantas partes del mundo. Su excelencia ha hablado también los sufrimientos de las familias aquí: hambre de justicia, de amor. Y con esta oración rezamos a Dios: "Abre tu mano y sacia realmente el hambre de todo viviente. Sacia nuestra hambre de verdad, de tu amor".
Así sea. Amén.

7/27/09

Benedicto XVI y la vocación de los sacerdotes y abuelos


Intervención durante el Ángelus presidido en Les Combes, el 26 de julio



Queridos hermanos y hermanas:
¡Feliz domingo! Nos encontramos aquí, en Les Combes, en la acogedora casa que los salesianos ponen a disposición del Papa, donde estoy terminando el período de descanso entre las hermosas montañas del Valle de Aosta. Doy gracias a Dios pues me ha concedido la alegría de estas jornadas, caracterizadas por un verdadero descanso, a pesar del pequeño accidente que conocéis bien. Aprovecho la oportunidad para dar las gracias con afecto a todos los que han estado a mi lado con discreción y con gran entrega. Saludo al cardenal Poletto y a los obispos presentes, en particular al obispo de Aosta, monseñor Giuseppe Anfossi, a quien doy las gracias por las palabras que me ha dirigido. Saludo cordialmente al párroco de Les Combes, a las autoridades civiles y militares, a las fuerzas de seguridad, a todos vosotros, queridos amigos, así como a quienes se han unido a nosotros a través de la radio y la televisión .
Hoy, en este espléndido domingo en el que el Señor nos muestra toda la belleza de su creación, la liturgia prevé como página evangélica el inicio del capítulo VI de Juan, que en primer lugar presenta el milagro de los panes --cuando Jesús dio de comer a miles de personas con tan sólo cinco panes y dos peces--, y luego el otro prodigio del Señor, que camina sobre las aguas del lago en tempestad; y, por último, el discurso en el que Él se revela como "el pan de la vida". Al narrar el "signo" de los panes, el evangelista subraya que Cristo, antes de distribuirlos, los bendijo con una oración de acción de gracias (Cf. versículo 11). El verbo es eucharistein, y hace referencia directamente a la narración de la Última Cena, en la que, en efecto, Juan no refiere la institución de la Eucaristía, sino al lavatorio de los pies. Aquí la Eucaristía queda como anticipada en el gran signo del pan de la vida. En este Año Sacerdotal, cómo no recordar que especialmente nosotros, los sacerdotes, podemos reflejarnos en este texto de Juan, tomando el lugar de los apóstoles, cuando dicen: ¿Dónde podremos encontrar el pan para toda esta gente? Y, al leer que el anónimo joven, que tiene cinco panes de cebada y dos peces, también a nosotros nos surge espontáneamente la pregunta: Pero, ¿qué es esto para una multitud así? En otras palabras, ¿quién soy yo? ¿Cómo puedo, con mis límites, ayudar a Jesús en su misión? Y la respuesta la da el Señor: ¡al poner precisamente en sus "santas y venerables" manos lo poco que son, los sacerdotes se convierten en instrumentos de salvación para muchos, para todos!
Un segundo punto de reflexión nos lo ofrece la jornada de hoy, memoria de los santos Joaquín y Ana, padres de la Virgen y, por tanto, abuelos de Jesús. Esta celebración lleva a pensar en el tema de la educación, que tiene un lugar tan importante en la pastoral de la Iglesia. En particular, nos invita a rezar por los abuelos, que en la familia son los depositarios y con frecuencia los testigos de los valores fundamentales de la vida. La tarea educativa de los abuelos siempre es muy importante, y lo es aún más cuando, por diferentes razones, los padres no son capaces de asegurar una adecuada presencia junto a los hijos, en la edad del crecimiento. Encomiendo a la protección de santa Ana y de san Joaquín a todos los abuelos del mundo, impartiéndoles una especial bendición. Que la Virgen María, quien según una bella iconografía aprendió a leer las Sagradas Escrituras sobre las rodillas de su madre, Ana, les ayude a vivificar siempre la fe y la esperanza con los manantiales de la Palabra de Dios.
"Caritas in veritate": El amor es todo... Dios es amor


Por el presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, monseñor Alejandro Goic Karmelic, Obispo de Rancagua


"La caridad en la verdad, de la que Jesucristo se ha hecho testigo con su vida terrenal y, sobre todo, con su muerte y resurrección, es la principal fuerza impulsora del auténtico desarrollo de cada persona y de toda la humanidad" (1).Con esta frase el Santo Padre Benedicto XVI comienza su Encíclica CARITAS IN VERITATE, que hoy presentamos junto a la Iglesia en Chile a los constructores de la sociedad chilena, como una ofrenda a nuestro Bicentenario. Para quienes nos declaramos discípulos misioneros de Jesucristo, "defender la verdad, proponerla con humildad y convicción y testimoniarla en la vida son formas exigentes e insustituibles de caridad" (2).El amor es todo... Dios es amorLas páginas de esta Carta Encíclica nos ayudan a descubrir que la "caridad es la vía maestra de la doctrina social de la Iglesia" (3). Para nosotros la caridad es todo porque Dios es amor y de él todo proviene, en especial nuestra propia capacidad de amar, de vivir no sólo para nosotros, sino también para los demás. Uno podría preguntarse, a la luz de la realidad de contradicciones que vivimos en nuestra patria: si la caridad, el amor, es el don más grande que Dios ha dado a los hombres, si es su promesa y nuestra esperanza, ¿por qué en una sociedad mayoritariamente cristiana como la chilena persisten situaciones de marginalidad y miseria, de indignidad y de abandono, de violencia y desconcierto?Son palabras fuertes, duras, como golpeadora es la realidad de las personas que sufren estos flagelos. No es lo mismo verlas convertidas en cifras en los cuadros estadísticos que conversar con ellas en los lugares donde viven. Es cierto que el esfuerzo mancomunado de todos los sectores de nuestra sociedad ha hecho posible que hoy se haya avanzado de un modo sustantivo para reducir la miseria y la pobreza. Pero en tiempos de cambios también "nuevas categorías sociales se empobrecen y nacen nuevas pobrezas" (4) y el aumento de las desigualdades que el Papa denuncia no puede dejar de conmovernos.Esta realidad es un clamor que nos mira a los ojos, y el Papa nos invita a "entender, valorar y practicar la caridad a la luz de la verdad" (5). Sin verdad, es decir sin mirar la realidad con los ojos del proyecto que Dios tiene para nosotros, el amor se convierte en un envoltorio vacío, agotado en un sentimentalismo que termina distorsionando esa realidad. Así, terminamos cosechando lágrimas donde queremos decisiones y acciones; o resignándonos a mezquinas soluciones "parche" para cubrir la sensibilidad de una coyuntura.Es cierto, la verdad, así entendida, crea comunicación y comunión (6), sobre la base de un diálogo en virtud del cual, por amor, ofrecemos lo mejor de cada quien a disposición de una sociedad mejor y de un verdadero desarrollo humano integral. Los que creemos en Cristo tenemos el derecho y el deber de poner en común nuestra mirada-país a partir de aquellos valores que, por fidelidad al Señor, consideramos un bien para Chile. Cuando la palabra de los pastores incomoda y cuando se nos exhorta a no inmiscuirnos en ciertos ámbitos, estas reflexiones del Papa Benedicto XVI nos animan: somos sujetos de caridad, instrumentos de la gracia para difundir el amor de Dios tejiendo redes de caridad, redes de amor.Justicia, inseparable de la caridadHace exactamente dos años, nos pareció de justicia tener una palabra sobre la dignidad con que puede llevar su vida una familia que subsiste con un ingreso llamado "mínimo". Porque con el mismo empeño con que celebramos la santa Eucaristía y conferimos los sacramentos a nuestros fieles, sentimos nuestro deber ofrecer una mirada, desde los criterios del Evangelio, acerca de la realidad política, económica y social. En esa perspectiva, esta encíclica nos recuerda, citando el Magisterio de la Iglesia universal, que la justicia es inseparable de la caridad e intrínseca a ella. A Cristo, el Señor, lo reconocemos en nuestros hermanos que sufren la postergación y el abandono. En su camino de cruz que encuentra sentido en la Resurrección miramos el calvario de personas, familias y comunidades. La palabra de la Iglesia es una respuesta profética que no se queda en la denuncia ni en el clamor, pues siempre concluye en la esperanza de la Resurrección. Porque, a pesar de las tendencias pesimistas y de los ánimos negativos, queremos ser sembradores de esperanza. Cómo no abrir nuestros oídos y nuestro corazón de pastores a clamores como los de nuestros pueblos originarios, incomprendidos y estigmatizados, una preocupación que el Santo Padre destaca en Caritas in Veritate. Permítanme recordar hoy un episodio muy hermoso que vivimos cuatro obispos en abril pasado, cuando en medio de nuestra última Asamblea Plenaria, en Padre Las Casas, hicimos un alto para conocer una experiencia educativa en Cholchol. Más de 400 alumnos, en su inmensa mayoría de origen mapuche, son formados en el Liceo Técnico Guacolda, una hermosa iniciativa de la Iglesia. ¿Qué descubrimos en este Liceo? Ante todo, el rostro alegre y la esperanza contagiosa con que nos recibieron los jóvenes, con unas ganas inmensas de surgir y ampliar sus horizontes. Conocimos la enfermería y la cocina donde aprenden sus carreras técnicas; también sus modernos laboratorios de idioma, donde cultivan el Mapudungun y aprenden Inglés. Orgullosos de sus pueblos originarios, los rostros de estos 427 muchachos y muchachas del Liceo Guacolda en Cholchol son una esperanza cierta. Tras esa inolvidable experiencia en Cholchol, no puedo permanecer indiferente cada vez que se nos muestra la realidad mapuche como un problema, como un conflicto. Meses antes tuve la oportunidad de prestar el servicio de puente facilitador entre las demandas de la Sra. Patricia Troncoso y las autoridades de Gobierno, en medio de una situación límite muy ideologizada y de un verdadero diálogo de sordos. Chile necesita conocer esas sonrisas del Liceo Guacolda. Por eso la Iglesia siente la obligación de aportar, en esta y otras tantas temáticas, porque la caridad se "ocupa de la construcción de la «ciudad del hombre» según el derecho y la justicia" (7) . ¿Cuál es el bien que queremos?Además de la justicia, el Santo Padre nos invita a tener también en gran consideración el bien común, porque "amar a alguien es querer su bien y trabajar eficazmente por él" (8).Yo me pregunto, cuando como un ciudadano espectador del acontecer de un país a pocos meses de un proceso electoral, ¿qué aman los protagonistas del debate público?, ¿qué bien buscan los que gobiernan las agendas públicas y ciudadanas, los que originan y alimentan las polémicas y conflictos? ¿En qué momento el bien de Chile deja de ser una meta noble y se convierte en eslogan, en lugar común? Me lo pregunto muy en serio, apelando a la sabiduría de nuestros padres y abuelos que nos enseñaban y aun nos reprendían "por y para nuestro bien". Es una pregunta abierta a todas las personas que, a menudo con gran sacrificio y generosidad, han querido optar por el servicio público, tan denostado por muchos en estos tiempos, y dedicarse a la vida política. En especial, a quienes aspiran a recibir los votos del electorado y representar la voluntad ciudadana en los poderes del Estado. Pero es una pregunta igualmente válida para otros sectores de nuestra vida social, para esas personas que con gran cariño llamamos "constructores de la sociedad". ¿Qué se ama cuando se ejerce presión a través de una acción mediática donde se pone en riesgo la vida de personas? ¿Qué bien se busca cuando se engaña a los consumidores, cuando no se hace el trabajo con responsabilidad, cuando nos tratamos mal en la convivencia familiar, ciudadana, cotidiana? ¿Es egoísmo puro el que nos anima? ¿Es tedio, desencanto, es que de verdad el bien de los otros no nos importa?El Papa nos recuerda: "Junto al bien individual, hay un bien relacionado con el vivir social de las personas: el bien común (...) No es un bien que se busca por sí mismo, sino para las personas que forman parte de la comunidad social (...) Desear el bien común y esforzarse por él es exigencia de justicia y caridad" (9). Libertad, ¿para qué?El cambio de época al que asistimos, con las maravillosas y desafiante posibilidades que nos ofrece el conocimiento humano y la comunicación global, constituyen un escenario en el que el amor en la verdad -caritas in veritate- se convierte en un gran desafío, y no sólo para la Iglesia. Las consecuencias éticas de los procesos de globalización nos interpelan en la necesidad de promover un desarrollo realmente humano. El progreso técnico puede convertirse en una vergüenza social si los bienes y recursos no se comparten, en relaciones recíprocas de libertad y de responsabilidad. El dilema es, entonces, si estamos o no trabajando por "una sociedad a medida del hombre, de su dignidad y de su vocación" (10). Para renovar humanizadamente las estructuras necesitamos una conversión del corazón. En el humilde gesto de aceptar nuestra posibilidad de ser mejores descansa nuestra verdadera libertad. Somos libres para el amor. "Sólo si es libre, el desarrollo puede ser integralmente humano" (11), nos recuerda el Papa. En distintos planos de la vida personal y familiar, muchos discursos "libertarios" de este tiempo parecen reducirse a publicidad engañosa que nos encamina a esclavitudes. Ocurre a veces en la vida política y también en la actividad económica y en las comunicaciones sociales. El mundo ha contemplado la fragilidad de los mercados y las expectativas de millones de familias del mundo se han visto afectadas por la avaricia incontenible de algunos, por su inagotable sed de dinero o de poder, que corrompen hasta la iniciativa más noble. "La ganancia es útil si, como medio, se orienta a un fin que le dé un sentido" (12), sostiene el Papa. Porque el beneficio, "cuando es obtenido mal y sin el bien común como fin último, corre el riesgo de destruir riqueza y crear pobreza" (13). Uno se alegra cuando las autoridades y los actores privados del mundo económico hacen bien su trabajo y una crisis tan grande como la que hemos vivido a nivel internacional, afortunadamente encuentra a nuestro país unido con una cierta solidez y madurez cívica para enfrentarlo. Nos corresponde, como cristianos, reconocer esos éxitos. Pero ante todo nos toca acompañar a cada familia donde esta crisis ha llegado con la peor de sus consecuencias: la pérdida del empleo o el cierre de actividades económicas. Detrás de cada trabajador despedido y de cada ejecutivo que decide ya sea un despido o un término de actividades productivas, hay personas y familias, hay rostros, historias de vida, humanidad sufriente. El Santo Padre, luego de poner en relevancia los efectos que supone para la persona estar sin trabajo durante mucho tiempo, señala: "Quisiera recordar a todos, en especial a los gobernantes que se ocupan en dar un aspecto renovado al orden económico y social del mundo, que el primer capital que se ha de salvaguardar y valorar es el hombre, la persona en su integridad" (14).Por eso, no dejan de sorprender e incluso conmover algunas contradicciones que asoman desde la realidad de la crisis (o con el pretexto de ella). No es justo que la estrechez de cinturones valga sólo para algunos. El consumismo excesivo, las filas interminables para adquirir productos, las fiestas familiares y religiosas reducidas a regalos y bienes materiales, son un síntoma peligroso de una sociedad centrada más en el tener que en el compartir, más en el disfrute que en el crecimiento. Cuando en pocas horas se agotan las entradas para un espectáculo cuyo precio es superior a un sueldo mínimo, es tiempo de pensar dónde está nuestro centro. Mirada humanizadora al "dilema global"Entre otras realidades que Benedicto XVI pone de relieve y que cobran gran importancia en nuestra realidad chilena, quiero mencionar la situación de los migrantes, que plantea "dramáticos desafíos" (15) por los graves problemas sociales, económicos, políticos, culturales y religiosos que suscitan los flujos migratorios, "frecuentemente provocados y después no gestionados adecuadamente" (16). Las numerosas colectividades de países vecinos y hermanos que han llegado a nuestro país pueden dar testimonio de cómo queremos "en Chile al amigo cuando es forastero". Urge educar insistentemente para favorecer la acogida, la integración y, ante todo, el respeto a estos hermanos y hermanas.Otra realidad que nos preocupa es "la explotación sin reglas de los recursos de la tierra" (17). En Chile, los obispos hemos dedicado gran parte de nuestra última Asamblea Plenaria del Episcopado a abordar pastoralmente la preocupación por el cuidado del medio ambiente, la casa común de todos. En algunas diócesis la situación de los recursos naturales se está viendo muy amenazada. El Papa profundiza sobre esta problemática, nos alerta sobre el grave deber de "dejar la tierra a las nuevas generaciones en un estado en el que puedan habitarla dignamente y seguir cultivándola" (18) y nos recuerda que la forma en que el ser humano trata a la naturaleza se relaciona directamente con el modo en que trata a los demás.Las amenazas al planeta son responsabilidad de todos y la educación comienza en el hogar, el jardín infantil y el colegio. Pero el buen trato a nuestra tierra se funda en la fraternidad humana y social. ¿Qué planeta amable podrían promover personas que resuelven sus conflictos por medios violentos, en el hogar, sobre todo la agresión contra mujeres, en el trabajo y la convivencia cotidiana? La ciencia podrá generar sofisticada tecnología no contaminante, pero si sus usuarios conviven en una lógica de competencia destructora del otro y a la defensiva frente al otro, difícilmente se logrará una ciudad más amable.La persona humana en el centroCaritas in veritate nos invita a poner en el desarrollo integral de la persona humana el centro de la vida social. Y desde el origen de la vida misma, porque "si se pierde la sensibilidad personal y social para acoger una nueva vida, también se marchitan otras formas de acogida provechosas para la vida social" (19). Los hombres y mujeres de nuestro tiempo tenemos que ser los protagonistas de la globalización. Una globalización no puede ser puro intercambio económico, pura tecnología, pura información: la aldea global puede ser instrumento de encuentro y cercanía, de conocimiento, de solidaridad (20). En esa medida tendrá sentido para las personas. Con una claridad magistral, nuestro Pastor universal va repasando en esta Encíclica, a la luz de los acontecimientos actuales y el devenir de la humanidad, la enseñanza Social de la Iglesia en todas sus dimensiones. Éste es un documento que toda persona dedicada al servicio público, a la política y a la economía, a la vida cívica y a la acción social, debería conocer y reflexionar en profundidad. Invito de un modo especial a los centros de pensamiento, en especial a las universidades, a analizar este texto en sus facultades, y profundizarlo a partir de la realidad propia de Chile y de cada uno de los ámbitos que aborda. También, por supuesto, a las más diversas organizaciones de la sociedad civil.A mis hermanos obispos y sacerdotes, a las congregaciones religiosas, institutos seculares y movimientos, a las comunidades y colegios de Iglesia, les pido encarecidamente que este texto se conozca y se divulgue, se reflexione en la catequesis y en la vida comunitaria, se comente y dialogue con la sociedad civil. Necesitamos tener cada día una mejor formación en cuanto a la enseñanza social de la Iglesia, y esta Encíclica, junto al Compendio de la Doctrina Social, son instrumentos de gran valor para profundizar en ello.Queridas hermanas y queridos hermanos:La próxima semana iniciamos un mes muy importante para la Iglesia y para Chile. El mes de agosto, un mes para nosotros tradicionalmente frío y gris, lo llenamos de calor y de color en torno a la figura de san Alberto Hurtado, un sacerdote que entregó lo mejor de sí por Jesucristo, Camino, Verdad y Vida. San Alberto nos recordaba que "el prójimo, el pobre en especial, es Cristo en persona" (21) y que "sin justicia social no puede existir democracia integral" (22). Un 18 de agosto Alberto Hurtado fue recibido en la casa del Padre. Por eso el mes de Agosto es el Mes de la Solidaridad. Porque el "ser solidario" está en el ADN del ser chileno. En estos tiempos de dificultad es necesario valorar con esperanza estas maravillas con que el Señor nos bendice. Por eso decimos, AL MAL TIEMPO... BUEN COMPROMISO, porque COMPROMETERSE HACE BIEN a la dignidad de las personas y HACE BIEN en la perspectiva de un país que necesita dar un nuevo paso significativo, en la celebración del Bicentenario, para que Chile sea, de verdad, UNA MESA PARA TODOS.Concluye el Santo Padre: "El desarrollo necesita cristianos con los brazos levantados hacia Dios en oración, cristianos conscientes de que el amor lleno de verdad, caritas in veritate, del que procede el auténtico desarrollo, no es el resultado de nuestro esfuerzo sino un don" (23).Esta noche, en esta aula académica que nos congrega, damos gracias al Señor por este don. Y al Santo Padre por este texto iluminador que nos regala para hacer de nuestra vida personal y social, y de esta patria que tanto amamos, lugares más llenos de amor y de verdad, más llenos de Dios.Muchas gracias, y que el Señor les bendiga.

7/25/09

La Santa Sede ofrece al mundo su experiencia en ayuda humanitaria


Intervención de monseñor Tomasi en el Consejo Económico y Social



Señora presidenta,
1. Los desastres naturales y los causados por el hombre afectan a millones de personas cada año y ninguna región del mundo se libra de ellos. En particular, los conflictos armados crónicos han devastado las sociedades en varias partes del mundo, con innumerables víctimas civiles. La Santa Sede, por tanto, acoge el presente diálogo humanitario como una oportunidad para subrayar una vez más los continuos retos y la exigencia de una respuesta globalizada eficaz y coherente, guiadas por directrices políticas como son la solidaridad y la promoción de la dignidad de todos. De esta forma, el derecho de las personas, de sus familias y de sus comunidades en la asistencia humanitaria, y el de quienes proporcionan esta asistencia a llegar sin impedimentos donde estas personas necesitadas de cuidados sociales, físicos y espirituales básicos, adquiere un fundamento sólido y una motivación a actuar. A pesar de que, por ejemplo, en el año 2008 se haya asistido a una disminución del número de los refugiados, más de 10 millones de hombres, mujeres y niños viven aún en campos de refugiados, y más de 26 millones continúan siendo desplazados interiormente a causa de conflictos pasados y recientes, por falta de seguridad y persecuciones. Los demandantes de asilo, los migrantes irregulares, las personas desarraigadas que intentan sobrevivir y las víctimas de los desastres naturales y de los cambios climáticos están confinadas en centenares de centros de detención y en campos improvisados. Aun alejadas de los reflectores de los medios de comunicación, estas situaciones insostenibles dan vía libre a un inconmensurable dolor físico, mental, emotivo y espiritual y llegan a lacerar el tejido social, y a destruir familias y comunidades, comprometiendo la reconciliación y amenazando la vida de miles de civiles inocentes.
2. La responsabilidad principal de proteger la vida de los civiles corresponde ante todo a las autoridades nacionales y a las partes implicadas en un conflicto armado. Mientras la comunidad internacional intenta prevenir el estallido de conflictos, es imprescindible que todas las partes reconozcan su propia responsabilidad de proteger la vida de los civiles en las áreas bajo su jurisdicción o bajo su control, y cumplan y respeten plenamente las normas y los principios del derecho humanitario internacional, entre las cuales las relativas a la protección del personal humanitario y la posibilidad de llegar sin impedimentos hasta las personas necesitadas. Además, en las áreas afectadas por los desastres naturales, los Estados deben comprometerse en promover y permitir el acceso a medidas dirigidas a salvar vidas, sin usarlas para un control político o para obtener una garantía política de impunidad por la violación de los derechos humanos. El bien común debería ser el principio guía y el derecho humanitario internacional debería ser llevado a cabo en toda circunstancia y sin condición alguna.
3. Al mismo tiempo, la comunidad internacional es un actor fundamental e indispensable al asistir a las autoridades nacionales para responder a las crisis y, allí donde éstas no sean capaces de hacerlo, está llamada a proporcionar acceso a los agentes regionales e internacionales que actúan en las emergencias y salvan vidas. Naturalmente, a la hora de coordinar esta respuesta internacionalizada, la posición de las Naciones Unidas le confiere un papel único, con responsabilidades únicas de promover la coordinación y la coherencia de cara a una acción eficaz y una gestión responsable de los recursos disponibles, preservando al mismo tiempo los principios humanitarios fundamentales de la neutralidad, de la imparcialidad y de la humanidad. Además, respetando la subsidiariedad y la habilidad de los grupos y de los individuos locales, esta coordinación puede identificar mejor y llevar a cabo una estrategia humanitaria que llegue a las personas más necesitadas. Son estas organizaciones locales, a menudo confesionales, presentes en el territorio ya antes de que se produzca el desastre, y que seguirán estando presentes también mucho después de que la comunidad internacional dirija su atención a otras crisis. La Delegación de la Santa Sede, por tanto, subraya el papel fundamental de la sociedad civil en las situaciones de emergencia y la exigencia de adoptar políticas de un modo que reconozca su contribución a largo plazo y habilite su capacidad de responder a las necesidades de todos.
4. Nuevos y viejos retos han amenazado la capacidad y la eficacia de los agentes humanitarios de responder y proporcionar asistencia a millones de víctimas. La crisis alimentaria ha llevado a una disminución de la distribución de alimentos en las áreas afectadas por la carestía, en los campos de refugiados y en los centros de detención; las crisis energéticas han aumentado de modo drástico el coste de llevar ayuda a lugares distantes; y ahora, la crisis económica global corre el riesgo de reducir la financiación a la sociedad pública y civil, a las agencias y a las organizaciones humanitarias. La Santa Sede constata con agrado que muchos Estados siguen asumiendo con generosidad la responsabilidad de proporcionar asistencia, a pesar de la crisis económica. La disminución de la solidaridad y la incapacidad de proveer a las personas en las crisis humanitarias en este tiempo difícil llevarán sólo a una inestabilidad social y política que minará la sociedad y su capacidad de reunirse y de resolver la crisis económica.
Señora presidenta,
5. Mi Delegación, además, invita a las autoridades nacionales y a los grupos implicados en los conflictos armados a respetar las normas del derecho humanitario internacional, especialmente las pertinentes Convenciones de Ginebra y sus protocolos opcionales. Las continuas violencias sexuales perpetradas contra mujeres y jóvenes dentro y en torno a los campos de refugiados violan todo principio del derecho internacional y llevan a la devastación emotiva, física y mental de estas mujeres, que no puede justificarse bajo ninguna circunstancia. Además, es necesario realizar mayores esfuerzos para llegar hasta los prisioneros de guerra y las personas que experimentan distintas formas de detención, y asistirlas. La privación de la libertad, del derecho al trabajo, a la reunión familiar, a la educación y al desarrollo personal, entre otros derechos humanos, no pueden ser simplemente ignorados en las emergencias. Los campos y los centros de detención deben ser soluciones temporales y lugares en los que el acceso sea abierto y la dignidad de las personas sea una prioridad. Con la cooperación de todos los agentes, la comunidad humanitaria internacional conservará la libertad de actuar conforme a sus mandatos y sus principios, que no deben ser comprometidos por la injerencia de los gobiernos.
6. La Santa Sede sigue comprometida en afrontar las necesidades de todas las personas afectadas por las crisis humanitarias y causadas por el hombre, independientemente de la raza y del credo religioso. A través de sus numerosas instituciones, continua estando profundamente implicada en una asistencia humanitaria imparcial y no ve la hora de compartir sus mejores iniciativas y sus ideas con otros participantes. Los principios guía de asistencia en los desastres tanto naturales como causados por el hombre deben llevarse a cabo, pero ante todo debemos poner en el centro de toda intervención a la persona y sus necesidades materiales, psicológicas y espirituales.

7/23/09

"Caritas in veritate" en el actual debate filosófico-social


Entrevista con el filósofo Rodrigo Guerra López


La encíclica social de Benedicto XVI, "Caritas in veritate" rebasa el ámbito de saberes como la política, la economía o las teorías sobre la globalización para entrar de lleno en el debate filosófico-social contemporáneo, explica un filósofo.
Para acercarnos a esas intuiciones del nuevo documento pontificio Zenit-El Observador entrevista a Rodrigo Guerra López, doctor en Filosofía por la Academia Internacional del Principado de Liechtenstein, miembro de la Academia Pontificia para la Vida, y director del Centro de Investigación Social Avanzada (www.cisav.org).
Entre sus libros destacan "Volver a la persona" (Madrid 2002); "Católicos y políticos: una identidad en tensión" (Bogotá 2005) y "Como un gran movimiento" (México 2006). Recientemente ha publicado en coautoría "Vida humana y aborto" (México 2009).
--¿Cómo se ubica la encíclica "Caritas in veritate" en el debate filosófico-social contemporáneo?
--Rodrigo Guerra: La nueva encíclica del Papa no pretende competir con los análisis que desde la teoría social se realizan sobre la situación que guarda el desarrollo en el contexto del mundo globalizado. Sin embargo, "Caritas in veritate" ingresa a la discusión desde su propio estatuto: la Doctrina social de la Iglesia. Esto significa que la sabiduría práctica nacida del encuentro con Cristo permite emitir un juicio sobre las condiciones que posibilitan el desarrollo y sobre las disfunciones que la actual globalización posee.
Ampliando un poco los conceptos, podríamos decir que el Papa Benedicto XVI ofrece una "teoría crítica de la sociedad", es decir, una revisión de algunos de los más importantes supuestos que sostienen la actual configuración del mundo global. Ahora bien, a diferencia de otras "teorías críticas", Benedicto XVI no sitúa el núcleo de la cuestión en la capacidad que el ser humano posee para auto-redimirse y auto-emanciparse.
Al contrario, una dimensión constitutiva del criterio de juicio utilizado por el Papa es una antropología precisa en la que toda la consistencia del "yo" se reconoce como don, como regalo, y por lo tanto, como apertura relacional hacia el Fundamento, es decir, hacia Dios, que sostiene y que libera. De esta manera, Benedicto XVI insistirá en que "el hombre no se desarrolla únicamente con sus propias fuerzas" (n. 11) sino que requiere ser ayudado desde un horizonte mayor al que puede acceder por sí mismo. Horizonte que brinda Cristo, es decir, el Acontecimiento que nos precede.
--¿Qué relación tiene la encíclica "Caritas in veritate" con el resto del Magisterio de Benedicto XVI?
--Rodrigo Guerra: "Caritas in veritate" se encuentra sostenida precisamente en el reconocimiento del cristianismo como "Acontecimiento", y por ello, posee una ligazón estructural con "Deus Caritas est", "Spe salvi" y en general con la ya milenaria tradición eclesial que reconoce la absoluta novedad de la irrupción y permanencia de Cristo en la historia. Así mismo, la nueva encíclica hace continua referencia a la importancia que posee "ensanchar el horizonte de la razón" para que sin reduccionismos podamos abrirnos a la verdad en general y eventualmente a la Verdad encarnada.
De esta manera, "Caritas in veritate" no es un documento secundario en la enseñanza del Papa sino que completa el itinerario inaugurado en el discurso de Ratisbona y que ha continuado en numerosas intervenciones sobre la necesidad de establecer nuevas relaciones entre la razón y la fe. Este itinerario está muy lejos de ser de orden meramente teórico sino que precisamente posee una gran novedad y pertinencia existencial y social debido a que se funda en el carácter "performativo" que el cristianismo posee: el cristianismo es un hecho que afecta la vida y que promueve realmente su desarrollo con dignidad. Por eso, el Papa valientemente señala, en el número cuatro de la encíclica, que "el anuncio de Cristo es el primero y principal factor de desarrollo".
--La encíclica "Caritas in veritate" apuesta por la reorientación de la globalización para que esta sirva realmente al desarrollo de las personas y de los pueblos: ¿es esto realmente posible?
--Rodrigo Guerra: La historia reciente ha demostrado que no es posible pretender construir el orden nacional e internacional a partir de premisas puramente instrumentales en el ámbito del Estado y del mercado. La globalización, tal y como hoy está definida, devora a sus propios creadores.
Por ello, es racional y razonable pensar que la vía para corregir el rumbo de la globalización descansa en la introducción de una lógica diversa a la basada en las leyes de la oferta y la demanda. Esta nueva racionalidad tiene como eje sustantivo la gratuidad, la responsabilidad social, la redistribución equitativa de la riqueza, la capacidad para crear nuevas formas de empresa.
Hoy existen experiencias importantes en materia de comercio justo, microfinanzas, economía solidaria y de comunión que muestran que este camino no sólo es posible sino necesario. La globalización no modificará su perfil sino a través de personas concretas que sean capaces de remodelarla. Para ello se necesita un nuevo pensamiento económico y una nueva capacidad de incidencia local, nacional y global.
--¿La autonomía de la economía no queda en cuestión a la luz del pensamiento de Benedicto XVI?
--Rodrigo Guerra: Justamente, las economías que hoy están fracasando, se resisten a admitir en el seno de su propio ámbito orientaciones de orden moral. Este es un error epistemológico importante: el objeto de la economía posee a la libertad como una dimensión constitutiva de su propia naturaleza. Por ello, una economía auténticamente humana y auténticamente autónoma no puede ser sino esencialmente ética. ¡Es absurdo que una teoría del valor en economía prescinda de la existencia de valores morales!
Los diversos tipos de valor acontecen en la experiencia y pueden ser reconocidos por la razón práctica, que es la razón que particularmente opera en la actividad económica. Por eso, Benedicto XVI, recupera una potente intuición de Juan Pablo II: toda decisión de inversión, de producción o de consumo posee una ineludible dimensión moral. El subordinar o cancelar esta dimensión por una parte atenta contra la dignidad de la persona - que es la principal riqueza de una empresa y de una nación - y, por otra, contra la propia economía en sí misma considerada.
--¿Qué importancia tienen el Estado y la acción política a la luz de la nueva encíclica?
--Rodrigo Guerra: El Papa explícitamente se encuentra preocupado por los temas que configuran al Estado como "Estado social". Además advierte que un adelgazamiento irresponsable de las competencias del Estado puede conducir a que los trabajadores y los sindicatos se vean vulnerados en sus derechos. Este tipo de consideraciones nos muestran que la comprensión católica de la política no se identifica unívocamente con el Estado liberal ni con la mera presencia de ciertas élites cristianas en espacios de poder.
La acción política tiene que recuperar un sentido social que nunca debió de haber perdido. "Sentido social" no sólo significa "políticas sociales" más profundas y solidarias sino llevar en el corazón una decidida opción preferencial por los pobres y excluidos. Por eso, colaborar verdaderamente en la organización y gestión del bien común se mide más en términos de desarrollo que de triunfo electoral, más en términos de servicio a los más débiles que de activismo.
--¿Cuáles son las causas profundas del subdesarrollo según el Papa Benedicto XVI?
--Rodrigo Guerra: El Papa en el número 19 de "Caritas in veritate" dice que las causas del subdesarrollo son fundamentalmente dos: la falta de fraternidad y la falta de pensamiento. Por una parte "la sociedad cada vez más globalizada nos hace más cercanos, pero no más hermanos". Mientras no entendamos que la caridad, el perdón y la reconciliación son método para la acción política y económica no lograremos avanzar como personas y como sociedad. Así mismo, el Papa constata la ausencia de auténticos pensadores capaces de generar un nuevo humanismo social y político. Sin pensamiento riguroso, capaz de volver a las cosas mismas, la acción política y económica se realiza sin sentido, sin dirección, como puro activismo que no trasciende los intereses mezquinos de la búsqueda del poder por el poder.
--El Papa insiste en la necesidad de una nueva autoridad mundial. ¿No es esto algo muy peligroso? ¿No podríamos caer en un nuevo totalitarismo de escala planetaria?
--Rodrigo Guerra: La Iglesia es muy consciente de los riesgos que entraña un nuevo orden político, económico y jurídico para el mundo globalizado. Sin embargo, no es posible darle gobernabilidad a la globalización si no se comienzan a construir las bases para una nueva civilización, para una nueva Res publica mundial, que no debe ser un super-Estado totalitario sino una nueva manera de construir las relaciones internacionales a partir de una "gramática de la acción" - como decía Wojtyla -, es decir, a partir de un nuevo "Derecho de Gentes" de base iuspersonalista.
--¿Quién está llamado a poner en práctica la enseñanza de la encíclica "Caritas in veritate"?
Rodrigo Guerra: "Caritas in veritate" está destinada a todos los católicos y a todos los hombres de buena voluntad. Sin embargo, como toda enseñanza corre un riesgo: el reducir su contenido a indicaciones meramente formales o abstractas. Es fácil eludir la responsabilidad personal e institucional y pensar que la enseñanza del Papa es "mera inspiración" o que está destinada "para otros", pero no para "nosotros".
Por eso, me atrevo a señalar algo que no me deja de sorprender: los obispos latinoamericanos en el documento de "Aparecida" han abordado prácticamente todos los temas nucleares de la encíclica de modo providencialmente anticipado. Ellos, siguiendo al Papa, además han reconocido con gran fuerza que el cristianismo es acontecimiento, escuela de discipulado y experiencia de comunión.
En otras palabras, para que la encíclica pueda activarse antes que un "plan estratégico" lo que necesitamos es recuperar lo esencial del método cristiano. Sólo así, podremos mostrar que la fe genera movimiento, creatividad y compromiso solidario. Sólo así volveremos a exhibir que el "sujeto" de la Doctrina social de la Iglesia existe y porque existe, actúa.
Alarma por el aumento de la violencia sexual entre menores


El Foro de la Familia pide que se revise la educación sexual que se da en la escuela


Ante la alarma creada por los últimos casos de violencia sexual entre menores, el Foro Español de la Familia (FEF) pide a la sociedad una "reflexión seria sobre el tipo de ecuación afectivo sexual que se da a los jóvenes españoles", especialmente en la escuela y en los medios de comunicación.
En las últimas semanas se han registrado dos casos de violencia sexual que han conmocionado a la opinión pública: el pasado 16 de julio, una niña fue violada en una piscina pública por cinco menores en Baena (Granada); tres días después, otra niña fue violada por siete menores de edad en Isla Cristina (Huelva).
Estos casos han conmocionado a la opinión pública española, hasta el punto que desde varias instancias se pide una revisión de la Ley del Menor para castigar este tipo de delitos.
Para el Foro, estos hechos son consecuencia del modelo de conducta sexual que se está imponiendo en las escuelas, y que es previsible que empeore, pues la nueva ley del aborto "introduce con carácter obligatorio en el sistema escolar los principios antropológicos de la llamada ‘salud sexual y reproductiva' que agravará todavía más estas conductas sexualmente irresponsables".
Benigno Blanco, presidente del FEF afirma al respecto que el "caldo de cultivo que posibilita las conductas patológicas que luego parecen escandalizar a todo el mundo" está en la educación afectivo sexual que se da hoy en la escuela.
"La permanente presentación de la sexualidad como una esfera autónoma y ajena a la responsabilidad como si fuese un fin en si misma, la canalización colectiva de las relaciones sexuales, la trivialización de las consecuencias de las mismas a través de la facilitación del aborto, los preservativos y de la PDD, junto con todo un modelo de conducta que a través de medios impresos y audiovisuales se ponen obsesivamente a disposición de nuestros jóvenes incentivando la irresponsabilidad sexual, tiene mucho que ver" con lo que ha sucedido, añade.
Para Blanco, la clave está en el hecho de que "una parte de los adolescentes implicados en la violación de Córdoba manifestaban a las autoridades al ser interrogados que no entendían por qué se les censuraba su conducta".
"¿Qué modelo de conducta sexual se habrá transmitido a estos jóvenes para que no puedan entender ni a posteriori la intrínseca gravedad de sus actos?", se pregunta.
"La continúa exhibición de una sexualidad frívola, irresponsable y la explotación del cuerpo -especialmente de la mujer- en publicidad, pornografía y argumentos televisivos, ayuda -junto con la continua exposición de nuestros jóvenes adolescentes a dosis crecientes de violencia- a incentivar conductas patológicas".
Blanco insiste en que es necesario abrir un debate en la sociedad "libre de prejuicios ideológicos" que vaya más allá de "las normas penales o sancionadoras de este tipo de conductas".
"La obsesión de una parte importante de los poderes públicos por banalizar la sexualidad y desvincularla totalmente del compromiso personal y estable en la pareja y de la función reproductiva está causando un inmenso daño en la vida de muchas personas, en la salud pública y, en sus manifestaciones extremas, hasta en el respeto a la libertad de los demás como en estos casos de violación", concluye.

7/22/09

El Año sacerdotal permitirá redescubrir la pastoral vocacional


Benedicto XVI": Quien siembra en el corazón del hombre es siempre y sólo el Señor"



Queridos hermanos y hermanas:
Con verdadera alegría me encuentro con vosotros, pensando en el valioso servicio pastoral que realizáis en el ámbito de la promoción, animación y discernimiento de las vocaciones. Habéis venido a Roma para participar en un congreso de reflexión, confrontación e intercambio entre las Iglesias de Europa, que tiene por tema "Sembradores del Evangelio de la vocación: una Palabra que llama y envía" y cuya finalidad es dar nuevo impulso a vuestro compromiso en favor de las vocaciones.
Para cada diócesis, la atención a las vocaciones constituye una de las prioridades pastorales, que asume más valor aún en el contexto del Año sacerdotal recién iniciado. Por eso, saludo de corazón a los obispos delegados para la pastoral vocacional de las distintas Conferencias episcopales, así como a los directores de los centros vocacionales nacionales, a sus colaboradores y a todos los presentes.
En el centro de vuestros trabajos habéis puesto la parábola evangélica del sembrador. El Señor arroja con abundancia y gratuidad la semilla de la Palabra de Dios, aun sabiendo que podrá encontrar una tierra inadecuada, que no le permitirá madurar a causa de la aridez, y que apagará su fuerza vital ahogándola entre zarzas. Con todo, el sembrador no se desalienta porque sabe que parte de esta semilla está destinada a caer en "tierra buena", es decir, en corazones ardientes y capaces de acoger la Palabra con disponibilidad, para hacerla madurar en la perseverancia, de modo que dé fruto con generosidad para bien de muchos.
La imagen de la tierra puede evocar la realidad más o menos buena de la familia; el ambiente con frecuencia árido y duro del trabajo; los días de sufrimiento y de lágrimas. La tierra es, sobre todo, el corazón de cada hombre, en particular de los jóvenes, a los que os dirigís en vuestro servicio de escucha y acompañamiento: un corazón a menudo confundido y desorientado, pero capaz de contener en sí energías inimaginables de entrega; dispuesto a abrirse en las yemas de una vida entregada por amor a Jesús, capaz de seguirlo con la totalidad y la certeza que brota de haber encontrado el mayor tesoro de la existencia. Quien siembra en el corazón del hombre es siempre y sólo el Señor. Únicamente después de la siembra abundante y generosa de la Palabra de Dios podemos adentrarnos en los senderos de acompañar y educar, de formar y discernir. Todo ello va unido a esa pequeña semilla, don misterioso de la Providencia celestial, que irradia una fuerza extraordinaria, pues la Palabra de Dios es la que realiza eficazmente por sí misma lo que dice y desea.
Hay otra palabra de Jesús que utiliza la imagen de la semilla, y que se puede relacionar con la parábola del sembrador: "Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto" (Jn 12, 24). Aquí el Señor insiste en la correlación entre la muerte de la semilla y el "mucho fruto" que dará. El grano de trigo es él, Jesús. El fruto es la "vida en abundancia" (Jn 10, 10), que nos ha adquirido mediante su cruz. Esta es también la lógica y la verdadera fecundidad de toda pastoral vocacional en la Iglesia: como Cristo, el sacerdote y el animador deben ser un "grano de trigo", que renuncia a sí mismo para hacer la voluntad del Padre; que sabe vivir oculto, alejado del clamor y del ruido; que renuncia a buscar la visibilidad y la grandeza de imagen que hoy a menudo se convierten en criterios e incluso en finalidades de la vida en buena parte de nuestra cultura y fascinan a muchos jóvenes.
Queridos amigos, sed sembradores de confianza y de esperanza, pues la juventud de hoy vive inmersa en un profundo sentido de extravío. Con frecuencia las palabras humanas carecen de futuro y de perspectiva; carecen incluso de sentido y de sabiduría. Se difunde una actitud de impaciencia frenética y una incapacidad de vivir el tiempo de la espera. Sin embargo, esta puede ser la hora de Dios: su llamada, mediante la fuerza y la eficacia de la Palabra, genera un camino de esperanza hacia la plenitud de la vida. La Palabra de Dios puede ser de verdad luz y fuerza, manantial de esperanza; puede trazar una senda que pasa por Jesús, "camino" y "puerta", a través de su cruz, que es plenitud de amor.
Este es el mensaje que nos deja el Año paulino recién concluido. San Pablo, conquistado por Cristo, fue un promotor y formador de vocaciones, como bien se desprende de los saludos de sus cartas, donde aparecen decenas de nombres propios, es decir, rostros de hombres y mujeres que colaboraron con él al servicio del Evangelio. Este es también el mensaje del Año sacerdotal recién iniciado: el santo cura de Ars, Juan María Vianney -que constituye el "faro" de este nuevo itinerario espiritual- fue un sacerdote que dedicó su vida a la guía espiritual de las personas, con humildad y sencillez, "gustando y viendo" la bondad de Dios en las situaciones ordinarias. Así, fue un verdadero maestro en el ministerio de la consolación y del acompañamiento vocacional.
Por tanto, el Año sacerdotal brinda una magnífica oportunidad para volver a encontrar el sentido profundo de la pastoral vocacional, así como sus opciones fundamentales de método: el testimonio, sencillo y creíble; la comunión, con itinerarios concertados y compartidos en la Iglesia particular; la cotidianidad, que educa a seguir al Señor en la vida de todos los días; la escucha, guiada por el Espíritu Santo, para orientar a los jóvenes en la búsqueda de Dios y de la verdadera felicidad; y, por último, la verdad, que es lo único que puede generar libertad interior.
Que la Palabra de Dios, queridos hermanos y hermanas, sea en cada uno de vosotros fuente de bendición, de consuelo y de confianza renovada, para que podáis ayudar a muchos a "ver" y "tocar" al Jesús que ya han acogido como Maestro. Que la Palabra del Señor habite siempre en vosotros, renueve en vuestro corazón la luz, el amor y la paz que sólo Dios puede dar, y os capacite para testimoniar y anunciar el Evangelio, fuente de comunión y de amor. Con este deseo, que encomiendo a la intercesión de María santísima, os imparto de corazón a todos la bendición apostólica.

7/21/09

Comenzar y concluir la lectura de la Biblia orando


Diez sugerencias a los católicos de Estados Unidos


Para leer la Biblia deberíamos comenzar con una oración para abrir nuestro corazón y nuestra mente a la Palabra de Dios y terminar "con una oración para que esta Palabra dé fruto en nuestra vida, ayudándonos a ser personas mas santas y más fieles".
Comenzar y terminar de leer la Biblia orando es una de las diez sugerencias para hacer fructífera la lectura de la Biblia para los católicos ofrecidas por Mary Elizabeth Sperry, directora asociada para el uso de la New American Bible en la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB). Las sugerencias de Sperry, disponibles en el portal de Internet http://www.usccb.org/mr/mediatalk/bible_catholics_sp.shtml incluyen el saber qué es la Biblia y qué no es.
"La Biblia es el relato de la relación de Dios con el pueblo que Él ha llamado para sí. No está escrita para ser leída como un libro de historia, ni de ciencia, ni como un manifiesto político", escribe Sperry.
También menciona la importancia del contexto, por ejemplo cómo se relacionan el Antiguo y el Nuevo Testamento y cómo la Biblia se debe leer dentro de la tradición de la Iglesia y en la comunidad de los creyentes. Las diez sugerencia de Sperry son:
1. Leer la Biblia sí es para los católicos. La Iglesia alienta a los católicos a que hagan la lectura de la Biblia parte de su vida diaria de oración. Al leer estas palabras inspiradas, las personas profundizan en su relación con Dios y llegan a entender su lugar en la comunidad de aquellos que Dios ha llamado para sí.
2. Orar al principio y al final. Leer la Biblia no es como leer una novela o un libro de historia. Deberíamos comenzar con una oración pidiendo al Espíritu Santo que abra nuestro corazón y nuestra mente a la Palabra de Dios. La lectura de la Sagrada Escritura debería terminar también con una oración para que esta Palabra dé fruto en nuestra vida, ayudándonos a ser personas más santas y más fieles.
3. ¡Entérese de toda la historia! Al escoger una Biblia, busque una edición católica. La edición católica incluye la lista completa de los libros que la Iglesia considera sagrados, así como introducciones y notas para comprender el texto. Toda edición católica incluye una nota de imprimatur en el reverso de la página del título. El imprimatur indica que el libro está libre de errores doctrinales según la enseñanza católica.
4. La Biblia no es un libro; es una biblioteca. La Biblia es una colección de 73 libros escritos en el curso de muchos siglos. Los libros incluyen historia de los reyes, profecías, poesía, cartas que retan a nuevas comunidades de creyentes en dificultades, y relatos de la predicación y la pasión de Jesús transmitida por parte de los creyentes. El conocimiento del género literario del libro que se está leyendo le ayudará a entender las herramientas literarias que usa el autor y el significado que éste trata de transmitir.
5. Sepa qué es la Biblia -y también lo que no es. La Biblia es el relato de la relación de Dios con el pueblo que Él ha escogido para sí. No está escrita para ser leída como un libro de historia, ni de ciencia, ni como un manifiesto político. En la Biblia, Dios nos enseña aquellas verdades que necesitamos para el bien de nuestra salvación.
6. La suma es mayor que las partes. Lea la Biblia en su contexto. Lo que sucede antes y después-incluso en otros libros-nos ayuda a entender el verdadero significado del texto.
7. Lo antiguo tiene relación con lo nuevo. El Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento se iluminan el uno al otro. Aunque leamos el Antiguo Testamento a la luz de la muerte y resurrección de Cristo, éste tiene también su valor propio. Juntos, estos testamentos nos ayudan a entender el plan de Dios para la humanidad.
8. No están leyendo solos. Al leer y reflexionar sobre la Sagrada Escritura, los católicos se unen a aquellos hombres y mujeres fieles que han tomado en serio la Palabra de Dios y la han puesto en práctica en su vida. Leemos la Biblia en la tradición de la Iglesia para beneficiarnos de la santidad y sabiduría de todos los fieles.
9. ¿Qué me está diciendo Dios? La Biblia no se dirige sólo a gente que murió hace mucho tiempo en un lugar lejano. También se dirige a cada uno de nosotros en sus propias circunstancias. Cuando leemos, debemos entender lo que dice el texto y cómo han entendido los fieles su significado en el pasado. A la luz de este entendimiento, entonces nos preguntamos: ¿qué me dice Dios a mí?
10. Leer no es suficiente. Si la Sagrada Escritura se queda sólo en palabras en una página, nuestra tarea no ha terminado. Necesitamos meditar sobre el mensaje y ponerlo en práctica en nuestra vida. Sólo entonces puede la Palabra ser "viva y eficaz" (Hebreos 4:12).

7/20/09

Es vital que los católicos comprendan cómo informan los medios


El arzobispo de Denver y el “cuarto poder”


Los medios de comunicación tienen una influencia increíble sobre cómo se forma la opinión pública, y es urgente que los católicos comprendan cómo se informa de las noticias y quien está trabajando detrás del escenario, afirma monseñor Chales Chaput.
El arzobispo de Denver lo afirmaba hace una semana en un discurso a Legatus, una organización de hombres de negocios católicos.
Su discurso se titulaba "Los católicos y el ‘cuarto poder'", haciendo referencia a un término acuñado en los tiempos revolucionarios. En aquella época, en Francia, a los tres principales pilares de la sociedad - el clero, los nobles y el pueblo común - se les llamaba los tres "poderes" de la sociedad francesa.
"Los medios de Norteamérica tienen un enorme poder a la hora de formar opinión", afirmaba monseñor Chaput. "De ahí que sea vital para los católicos comprender cómo trabajan los medios y, especialmente, cuando trabajan sobre nosotros".
"La mayor parte de lo que sabemos del mundo viene de gente con la que nunca nos encontraremos y a la que, en realidad, no comprendemos", explicaba. "Nunca pensamos en ellos como individuos. Por el contrario, normalmente hablamos de ellos como de un colectivo - ‘los medios' o ‘la prensa'".
"No obstante, detrás de un editorial de Los Angeles Times o de una emisión de Fox News hay seres humanos con opiniones y prejuicios personales. Estas personas seleccionan y enmarcan las noticias. Y cuando leemos sus artículos de periódico o conectamos sus programas de televisión, nos sumimos con ellos en una especie de intimidad intelectual del mismo modo que ustedes hacen conmigo al escucharme ahora mismo".
Aunque admite que "esto no es necesariamente una mala práctica", se debe ser consciente de quién está detrás de las noticias.
"Normalmente sabemos muy poco sobre la persona que escribe un editorial sin firma o sobre las personas que crean las noticias por la noche", afirmaba el arzobispo. "Y es necesario hablar de ellos. Y este es el porqué. En una sociedad de la información, las personas que conforman nuestra información controlan la conversación pública".
Calificando a los medios y a las técnicas que emplean de una "clase de ‘imperialismo suave'", el prelado observaba que "como quiera que sea, la mayoría de nosotros define las ‘noticias' por lo que recibe más atención de un puñado de medios importantes".
"El poder de los medios para conformar la opinión pública es lo que hace tan vital para el resto de nosotros el que comprendamos su elemento humano", indicaba monseñor Chaput. "Si no reconocemos la química personal de los hombres y mujeres que nos traen nuestras noticias - sus puntos de vista culturales y políticos, sus presiones económicas, sus ambiciones sociales - erraremos con los medios encuadrándolos en un estándar demasiado bajo. También erraremos - algo que es mucho más importante - nosotros mismos al descuidar el pensar y el actuar como ciudadanos inteligentes".
Pensando poco
Monseñor Chaput habló sobre cómo Internet y las emisoras de noticias 24 horas por cable han cambiado de forma fundamental no sólo el ciclo de noticias, que solían marcarse por las ediciones de mañana y de tarde de un periódico, sino también la forma en que la sociedad consume las noticias.
"Durante los últimos 50 años nuestra cultura se ha deslizando desde la palabra impresa hacia las comunicaciones visuales, que se inclinan mucho más hacia la sensación y el consumo pasivo", afirma el prelado. "Esto tiene consecuencias. Cuando muere una cultura impresa, las ideas, instituciones e incluso los hábitos de comportamiento público construidos sobre dicha cultura comienzan a debilitarse".
"Los medios visuales y electrónicos, los medios dominantes de hoy, necesitan una cierta clase de contenidos. Prosperan con la brevedad, la velocidad, el cambio, la urgencia, la variedad y los sentimientos. Pero pensar requiere lo contrario. Pensar lleva tiempo. Necesita silencio y los metódicos hábitos de la lógica".
Aunque reconoce las ventajas de tener acceso a más información, monseñor Chaput se lamenta de que la tecnología haya "minado la disciplina intelectual que una vez tuvimos cuando nuestras principales herramientas de comunicación eran los libros y las publicaciones impresas. Esto no es bueno para el desarrollo. De hecho, es algo muy peligroso en una democracia, que es una forma de gobierno que exige madurez intelectual y moral de sus ciudadanos para sobrevivir".
Aunque no anima a la gente a desprenderse de ordenadores, móviles y otros dispositivos de la nueva tecnología, el arzobispo pide tener en mente que "el progreso material nunca es una bendición pura"
"Da y quita", explica. "Y tiene siempre consecuencias no intencionadas, lo que significa que es necesario que estemos más - y no menos - vigilantes sobre el modo en que nos forman nuestros medios, y sobre cómo su influencia conforma el contenido de nuestra vida pública".
Comprender el sentido
La segunda preocupación que plantea el arzobispo Chaput es el hecho de que los medios hayan perdido el rumbo a la hora de cubrir las historias con el "espíritu acertado".
Lo explica recordando que la prensa tiene un papel importante en el orden pública de Norteamérica: "La prensa es el único campo, además de la religión, que se cita explícitamente para su protección en la Primera Enmienda. Thomas Jefferson, escribiendo durante su presidencia, hablaba sobre la importancia de una prensa libre de esta forma: ‘Ningún experimento puede ser más interesante que el que tenemos entre manos, y que confiamos que terminará por establecer el hecho de que el hombre puede gobernarse por la razón y la verdad. Nuestro primer objetivo, por tanto, debería ser dejarle abiertos todos los caminos a la verdad. El más eficaz encontrado hasta ahora es la libertad de prensa'".
El arzobispo califica las palabras de Jefferson como "impactantes, porque su defensa de una prensa libre subraya que la libertad es un medio y no un fin en sí misma. Observan lo que él define como el objetivo de la libertad de prensa: la razón y la verdad necesarias para el autogobierno".
"Pero en nuestra propia época, el mundo de los medios - incluso cuando debate temas serios - suele parecer menos interesado en la razón y en la verdad que en los Christopher Lasch denominaba ‘gestos ideológicos'; en otras palabras, los lemas llamativos y los eslóganes tribales pensados para conformar nuestro pensamiento en vez de animarlo".
"Los medios de comunicación, pesar de sus proclamas de imparcialidad, y a pesar del buen trabajo que suelen cumplir, son tan propensos al prejuicio, a la ignorancia, malas artes y partidismo como cualquier otra profesión", afirma. "Pero al contrario que las demás profesiones, la prensa tiene protecciones constitucionales. También tiene un verdadero poder para conformar cómo pensamos, sobre qué pensamos y qué queremos, no queremos e ignoramos".
"Los medios de comunicación de Norteamérica, incluyendo los nuevos media, son el sindicato catequético más grande de la historia. Y si esta clase de poder no nos hace estar inquietos, debería al menos hacernos estar alerta".